Ketty Marcelo: “Las mujeres indígenas aún no tenemos una real participación en la toma de decisiones sobre los territorios comunales”.

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A pesar que las mujeres son la mitad de la población indígena del país, sus voces, propuestas y demandas aún no son consideradas en los espacios de toma de decisiones dentro de sus comunidades y mucho menos en los procesos de titulación comunal. La lideresa yanesha-asháninka y presidenta de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP), Ketty Marcelo, habla sobre la situación adversa que enfrenta las mujeres indígenas para ejercer una participación plena en sus comunidades, las tareas pendientes del Estado, así como de los trabajos que realiza ONAMIAP para contribuir al cambio.

¿De qué manera las mujeres indígenas tienen acceso a la tierra y al territorio? ¿Existen formas de acceso a la tierra bajo leyes comunales?

Las mujeres y varones vivimos dentro de la comunidad que tiene título de propiedad comunal. En nuestras comunidades hay diversas formas en que se distribuyen las tierras, cada comunidad nativa o campesina tiene sus propios criterios y formas de reparto de tierras, que es parte de su autonomía. Muchas veces este reparto se da de manera familiar, por ejemplo, el papá tiene dos hijos y una hija, al momento del reparto, la porción pequeña le toca a la mujer y a los varones les tocan las más grandes. Hay otros casos en los que no les dan tierras a las mujeres y en ocasiones las madres solteras o las solteras tienen que pedir a la comunidad el acceso a una porción de tierra para poder trabajar pero les dan parcelas pequeñas de pocas hectáreas porque piensan que las mujeres no tenemos fuerza y que no vamos a poder trabajar si nos dan más grandes.

¿Cuál es la situación de las mujeres indígenas respecto a la gestión de los territorios comunales?

Dentro de la comunidad, en la zona amazónica las mujeres sí estamos consideradas en el padrón comunal pero en la asamblea comunal no nos llaman, no somos visibles o pocas veces nuestras opiniones son consideradas. Por otro lado, en la zona andina en muchos casos las mujeres aún no son consideradas comuneras calificadas. Entonces, en ambos casos se vive una situación de invisibilidad porque no se refleja la presencia de las mujeres y menos nuestra participación en la toma de decisiones.

¿Cómo contribuye a la gestión del territorio una participación más activa de las mujeres y su acceso a las tierras comunales?

Las mujeres indígenas tenemos mucho que aportar como parte de la comunidad. Somos nosotras quienes estamos en contacto con la tierra, sembramos los alimentos, conocemos donde se encuentra la quebrada, el río, todo lo que hay en los territorios, sabemos dónde están las plantas medicinales y las semillas para hacer nuestras artesanías. Por eso, nuestras opiniones a la hora de tomar decisiones sobre los territorios comunales son importantes.

¿Cómo participan las mujeres indígenas en los procesos de titulación comunal?

Hay poca participación de las mujeres en los procesos de titulación comunal a pesar que los responsables de los proyectos y los varones de la comunidad son conscientes de que las mujeres tienen mucho que aportar y conocemos mucho nuestras comunidades. Sin embargo, las brigadas de titulación no nos toman en cuenta o solo nos consideran para cocinar a los que van a ir a participar en el linderamiento. También se ha visto que en algunos casos poco a poco ya están participando.

¿Considera que ha habido avances en cuanto a la participación de las mujeres en los procesos de titulación comunal?

La participación de las mujeres todavía no se da de manera plena, la participación aún es incipiente en los procesos de titulación. Es más, los varones piensan que las mujeres no tienen nada que hacer ahí y también piensan así los funcionarios y los responsables de la titulación. Entonces no hay ese espacio o apertura para que podamos participar plenamente.

¿Cómo se puede hacer para que la participación de las mujeres en estos procesos se realice de manera óptima?

Lo primero es la sensibilización. Hay tres momentos en los que se debe trabajar: se tiene que sensibilizar a los funcionarios del gobierno central, del Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI), a los responsables del PTRT3 y de otros proyectos de titulación, también a los responsables de otras instituciones para hacerles saber que es importante el aporte y la participación de las mujeres en estos procesos. También se tiene que trabajar en lo regional y en la comunidad. Y para las mujeres esto representa un reto porque es bien difícil convencer a un funcionario para que haga la titulación colectiva y es aún más difícil convencerlo para que considere la participación de las mujeres. Lo mismo pasa en la comunidad, hay mucha resistencia de parte de los varones para que las mujeres participen. Es un trabajo fuerte.

¿Qué espera del Estado para que las mujeres puedan tener acceso a la tierra?

Hace falta que el Estado sea consciente de los aportes importantes que damos las mujeres indígenas en nuestros territorios y a nuestra comunidad. También hace falta que consideren las salvaguardas de género que existen y para ello es necesario que ellos mismos se sensibilicen.

¿De qué manera ONAMIAP trabaja para fortalecer la participación de la mujer en los procesos de titulación comunal?

Como ONAMIAP estamos promoviendo que no solo el PTRT3 sino todos los proyectos de titulación que están en marcha consideren la participación de las mujeres. Actualmente somos parte del Comité Consultivo del PTRT3 y participamos en las reuniones, haciendo incidencia para que se considere la participación de las mujeres. También hemos elaborado las “Guías para la inclusión de las mujeres indígenas en los procesos de titulación comunal de comunidades campesinas y nativas”.

¿Qué trabajos realiza ONAMIAP para lograr una participación plena de las mujeres indígenas en la gestión de los territorios?

En ONAMIAP hace dos años venimos trabajando el tema de la gobernanza territorial. Entonces, lo que venimos haciendo es la actualización y modificación de los estatutos comunales para garantizar de manera específica la presencia del 30% de mujeres indígenas en el consejo directivo y lograr  que ellas estén presentes en los espacios de toma de decisiones. Esto no ha sido fácil, es un trabajo fuerte de sensibilización porque en la comunidad muchas veces los varones dicen “sí, que participen las mujeres” pero en la realidad no las dejan participar, hay una brecha muy grande. En cuanto a lo regional, tenemos el reto de sensibilizar a los funcionarios porque quienes titulan, los que salen en las brigadas de titulación y los responsables son de los gobiernos regionales. A nivel nacional, junto a la Asociación Servicios Educativos Rurales, la Plataforma para la Gobernanza Resposable de la Tierra y la congresista Tania Pariona, estamos impulsando una iniciativa legislativa para la modificatoria de la ley de comunidades campesinas y que esta incorpore el enfoque de género.

¿Cuáles son los mayores retos que tienen que enfrentar las mujeres indígenas para lograr una participación plena en la gestión de los territorios comunales?

Hay dos retos importantes: uno es vencer el machismo, el patriarcado, porque los varones piensan que lo saben todo. Entonces es urgente sensibilizar a ellos para que reconozcan el aporte fundamental de las mujeres dentro de las comunidades y para que las tomen en cuenta como sujetas de derecho dentro de la asamblea y en los espacios de toma de decisiones sobre los territorios. Otro de los retos va para nosotras las mujeres que una vez estando dentro de las juntas directivas también tenemos que seguir capacitándonos y empoderándonos.

 

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