GOBERNANZA RESPONSABLE DE LA TIERRA

¿Cómo entendemos la gobernanza de la tierra?

Cuando hablamos de gobernanza de la tierra hacemos referencia a un conjunto de prácticas y reglas que se encuentran presentes en las tomas de decisión, posesión y dinámicas sobre nuestros territorios. Los sistemas de tenencias se la tierra determinan quién puede utilizar qué recursos, durante cuánto tiempo y bajo qué circunstancias (FAO, 2003).

¿Qué es la gobernanza responsable de la tierra?

La gobernanza responsable de la tierra y territorio busca que pueblos indígenas, agricultores familiares disfruten de derechos seguros de tenencia, igualdad de oportunidades en el acceso y control de sus tierras y territorios y recursos naturales.

¿Por qué es importante la gobernanza responsable de la tierra?

  • Promueve el acceso equitativo a la tierra, especialmente para grupos vulnerables como pueblos indígenas, agricultores familiares y mujeres.
  • Protege a las personas de la perdida arbitraria de sus derechos de tenencia.
  • Favorece la lucha contra la discriminación jurídica, política y cotidiana, especialmente hacia las mujeres indígenas.
  • Conduce proceso de toma de decisiones transparentes y participativos
  • Ayuda a que las personas sean tratadas en igualdad de condiciones ante la Ley
  • Contribuye a que las disputas se resuelvan a través del diálogo
  • Facilita la administración de la tenencia de la tierra para que sea más accesible y efectiva para todos y todas.

La gobernanza responsable de la tierra contribuye a garantizar la estabilidad social, la utilización sostenible del medio ambiente, las inversiones responsables y el crecimiento económico.

  • De una buen gobernanza de la tierra se esperan menos conflictos en el campo y, en ese sentido un impacto positivo sobre la paz social, los derechos humanos y sobre la economía del país.
  • Una buena gobernanza en la tenencia de la tierra puede asegurar que se reconozcan y protejan los derechos sobre la tierra y los recursos naturales. De esa manera, la buena gobernanza podría ayudar a reducir el hambre y la pobreza, fomentar el desarrollo social y económico, y contribuye a la seguridad alimentaria.