Margarita Atencio: El agua es sangre de nuestra Madre Tierra, al defenderla estamos defendiendo la vida

Entrevistas

Margarita Atencio Mamani dirigenta regional. Proviene de Juli en el distrito de Chucuito, provincia y región Puno. Es presidenta de la Asociación de Mujeres Campesinas Región Zona Sur y lleva el cargo de vocera nacional de la campaña de defensores y defensoras. Ella explica la situación que acarrea la explotación minera en los territorios y las graves consecuencias en la salud y en la vida.

¿Cuál es la situación del territorio en Juli?

En la zona de Juli, a nivel de toda la provincia el problema es que están concesionadas nuestras tierras. Se encuentran las empresas mineras extranjeras que nuestros gobiernos lo concesionan, y no hay la consulta previa del gobierno local, del gobierno provincial o regional. No hay una consulta previa a las comunidades campesinas, ni a las organizaciones. De igual manera desconoce el Tribunal Constitucional nuestros derechos. De acuerdo al Convenio 169 de la OIT, nosotros somos los propietarios de nuestras tierras y territorios, pero en realidad no se respetan nuestros derechos. Vulnera nuestros derechos el gobierno.

¿Esta problemática se repite en otras zonas de la región?

En la zona norte hay varios tipos de empresas mineras, empresas grandes existen. En la región Puno entran a nuestras cuencas, a las cuatro cuencas: Llalli, Llallimayo, y otras más cuencas donde abordan a nuestro lago Titicaca y hace bastante contaminación. El agua corre como licuado de papaya. En esos lugares mueren nuestros animales, también nuestra agricultura. Y los niños están con metales con arsénico, los profesores no quieren ir a enseñar a las zonas mineras. Es muy triste.

Van bajando nuestros animales y van desapareciendo en nuestro lago Titicaca están en extinción nuestros peces naturales de nuestro lago. Igual también las industrias y grandes fábricas que contaminan el medio ambiente se encuentran a nivel todo el mundo, a nivel nacional tanto en la costa, en la sierra y en la selva, las empresas extranjeras nos desalojan y cuando nosotros nos defendemos ¿qué hace el gobierno? Nos criminaliza.

¿Esto genera inseguridad en los territorios?

Nuestros cerros están hechos túneles desde adentro, alrededor de esas minas, están perforados. Están corriendo peligro los pobladores alrededor. Habrá algún momento que se derrumbe toda la tierra y eso es muy triste, qué va a ser de los pobladores. Las empresas extranjeras nos traen muchas problemas, de esa manera también hay escasez de agua. Al parecer esas empresas mineras chupan el agua y año a año se van secando los ojos de agua, los bofedales ya no existen, las tierras se van rajando y para nosotros en las ciudades que tomamos ya sale muy sucio. Ya no hay en los pozos subterráneos agua, ya no se puede jalar y es muy triste para nuestros hijos, como madre nos preocupa la salud de nuestros hijos.

¿Cuál es la situación de la criminalización en Puno?

Nos encontramos tristes, es lamentable que si nosotros levantamos nuestra voz directamente nos eliminan, nos bajan la vida. A nuestros hijos universitarios. Han habido enfrentamientos en los que han quedado niños huérfanos. Es muy doloroso para nosotros como madres. Nosotros vivimos de nuestra tierra y territorio, y el agua es muy importante. El agua es sangre de nuestra Madre Tierra. Al defenderla estamos defendiendo la vida de muchos peruanos, estamos defendiendo el agua, nuestra agricultura.

Frente a toda esta problemática compleja, ¿cómo se vienen organizando? 

Nosotros nos estamos organizando, como organizaciones de mujeres, rondas campesinas o los Cabildos para enfrentar estas problemáticas. Quisiéramos en realidad decir que ya basta de las concesiones mineras. Nuestra propuesta es el cambio de la Constitución Política del Perú, y de la Ley General de Minería.  Eso es lo que estamos pidiendo, para evitar la contaminación del medio ambiente.

Frente a la escasez de agua, estamos pidiendo a nuestros gobiernos que nos apoye con la siembra y cosecha de agua y que se mantenga nuestra cultura ancestral. Así como los ayllus que vivían nuestros incas de Manco Cápac y Mama Ocllo, ente el Ayni y el Minka. Los trueques que se mantengan, eso es lo que estamos pidiendo hoy, para poder permanecer y seguir con nuestras vidas, por el futuro de nuestros hijos y el futuro de nuestros nietos. Tanto a nivel de las comunidades campesinas, como a nivel regional y nacional y por qué no a nivel mundial de todos los pueblos originarios. Que se respete el Convenio de 169 de la OIT y que haya una buena consulta previa.

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